La tapa de los telescopios reflectores, poseen un agujero de unos cuantos centímetros -según abertura- para la observación solar colocando adecuadamente un filtro. En el caso del reflector Celestron de 200 mm de abertura, el agujero es de 5 cm con su tapa. Mi compañero de agrupación David Corral, posee uno de estos tubos y mientras colocaba un filtro solar en la pequeña abertura antes mencionada, se preguntó qué pasaría si observara estrellas dobles o cúmulos sólo a través de este pequeño agujero o si incluso practicara alguno más repartido a modo de máscara de Hartman. Pensó que la luz al no ser interceptada por el secundario la imagen sería más oscura pero más puntual. Hizo un agujero de 7 cm y observó a través de este, comprobó lo que había previsto, imágenes más oscuras pero en dobles y cúmulos los resultados le sorprendieron muy gratamente, parecía que estaba observando con un buen refractor, ausencia
total de coma –o por lo menos inapreciable- y por supuesto nada de cromatismo dado que es un reflector.
Esperando
a que llegara una buena noche de observación, me avisó y la pasada noche del
día 20 de noviembre hicimos varias pruebas con dobles, Luna y Júpiter. A
Júpiter no le hicimos demasiado caso debido a su proximidad a la Luna, en fase
menguante de 18 días y 80% de superficie iluminada, no era el mejor
momento, además, a menor abertura, menor
capacidad de resolver detalles atmosféricos. La finalidad con este sistema no
pasa por la observación de planetas. A la Luna
tampoco le hicimos mucho caso y fue observada de pasada con total abertura
y filtro polarizador. Lo más importante
fue el resultado en dobles, de verdad que nos recordaba a las imágenes
obtenidas en mi Vixen ED de 102mm, con este sistema son más oscuras, pero muy buenas y puntuales, con
el disco de Airy y patrón de difracción bien definidos. Y aún más importante,
quiero resaltar que separamos estrellas dobles cercanas a una separación de 1” de
arco. Así, las fórmulas a las que
estamos acostumbrados para calcular la capacidad de un telescopio (120/D) son
echadas por tierra, garantizo que pudimos desdoblar la STF 162 en Perseo de 1,8” y la STF
3062 de 1,3” en Casiopea con bastante claridad. La verdad que con un seeing
muy próximo a 5 de 5 cuyo único obstáculo era la deslumbrante Luna.
Datos:
Telescopio reflector
Newton de 200mm de abertura y 1000mm de focal. Fue utilizado principalmente
probando el sistema de reducción de abertura a 7cm.
Telescopio refractor
Takahashi 102mm de abertura y 816 de focal.
Montura Celestron
CG5-GOTO.
Oculares: Hiperion de
10mm, Pentax XW 5mm, Takahashi 3,6mm
(Aumentos: 100, 200 y 277 en el reflector y 81, 163 y 227 en el refractor).
En el Celestron con
abertura reducida: Magnitud límite: 11,7.
Aumento máximo recomendado: 160.
Poder de separación: 1,6.
Sistemas
observados:
STF
3053.-
Sistema triple en la constelación de Cassiopea en la posición 00h02m +66º05'5. Comenzamos con este trío, facilón pero muy bonito por el
contraste de las componentes A y B, de
magnitudes 5,9 y 7,2 amarilla y azul con
AP de 70º a 15 segundos con una tercera a 98 segundos de magnitud 11, esta
última no pudimos apreciar su color debido a su escaso brillo. ¿Podemos ver
estrellas de magnitud 11 con abertura de 7 cm y Luna casi llena? nosotros vimos
esa tercera componente.
STF 162.- Estrella múltiple en la constelación de
Perseo en la posición 01h 49m +47º 53´ compuesta por cuatro astros de magnitud A 6,5 – B 7,2 – C 9,4 y D
10. Para nuestro cometido las componentes A y B con una separación de 1,8” y AP de 199º
eran las que nos interesaban. Aquí creíamos que
no llegaríamos y aunque la búsqueda costó un poco porque la hacíamos con
el ocular de 10mm, finalmente una rayita perdida en el campo de visión delató
el par. Siguiendo con el procedimiento de las anteriores observaciones, pronto
cambiamos al ocular de 5mm y 200x, una vez más la tónica era desdoblar sin
dificultad y según la teoría ya nos
encontrábamos al borde del límite de resolución, encima con Luna casi llena y
telescopio seguía dando la talla. Nuevamente a 277x la imagen mejoró. He de
reconocer que esta observación requirió más atención y tiempo pegado al ocular
que las anteriores pero sin duda nos acompañó la buena calidad de la noche.
STF 3062.- Estrella doble en la constelación de Casiopea en la
posición 00h 6m +58º 26’, sus componentes son de magnitud 6,4 la primaria y 7,3
la secundaria. Con una separación de 1,3” y AP de 353º no teníamos ninguna
esperanza de poder desdoblarla pero era cuestión de intentarlo y así lo
hicimos. Cuando el tubo se paró y miramos a través del ocular… ¿Cuál era de
todas las que aparecían en el campo de visión?, tuvimos que hacer varas pruebas
pero al final lo conseguimos. A
200x se apreciaba una levísima rayita y se pudo desdoblar a 277x que era la
máxima amplificación disponible. Lo sorprendente es que, probablemente debido a su bajo brillo, aparecieron dos
minúsculos discos que costaba “mantener” pero estamos hablando de un reto conseguido que de otro modo, atendiendo a las teorías probablemente ni lo hubiéramos
intentado.
STF 73.- Estrella doble en la constelación de Andrómeda en
la posición 00h 54,5m +23º 37,4’, está compuesta por dos estrellitas casi
gemelas de la magnitud 6,1 y 6,5 con una separación de 1” y ángulo de posición
de 322º. Aquí sí pinchamos con 7cm, era pedirle demasiado y tuvimos que
recurrir a la apertura total de 200mm para separarlas con el ocular Péntax de
5mm, no obstante las dos componentes prácticamente pegadas ofrecían poca
estabilidad, como si hubiera empeorado momentáneamente el seeing y recurrimos
al filtro lunar para quitarles brillo, ahora sí quedaron separadas por un
ligerísimo pasillo oscuro y pronto cambiamos al ocular de mayor aumento el de
3,6mm de Takahashi pero no hubo una mejoría notoria y nuestra sorpresa fue que
el filtro no roscaba en este último, ¿será cosa de los Taka?.
Pero teníamos otra
prueba pendiente con el recién llegado Takahashi, un tubo refractor de altas
prestaciones de 102mm de abertura modelo TSA. Siempre he querido ver las seis
componentes más brillantes del trapecio de Orión, por supuesto que no era la
noche indicada, dentro de la población y con la luna iluminada en un 80%... se
nos ocurrió que podría ser otra prueba de fuego y lo intentamos.
Esta vez con los tres
oculares empezando por el Hiperion de 10mm para ascender al 5mm y finalmente al
3,6mm. Con 81x la imagen era soberbia, fina y puntual hasta el extremo, las
cuatro estrellitas principales, A, B, C, y D se mostraban como nunca las he visto.
Envueltas por una
notable nebulosa, aquí hay que prestar atención, porque la nebulosidad resta
brillo a las estrellas y si además son débiles como las que buscábamos mucho más. Después de observar detenidamente
pudimos comprobar que la componente E
de magnitud 11 era visible. Probablemente si la componente A de magnitud 6,7 fuera más
brillante, la componente E quedaría deslumbrada haciéndola
invisible que es exactamente lo que le ocurre a la componente F también de magnitud 11 a 4” de C que brilla con magnitud 5,1 y no
pudimos verla hasta colocar el ocular Pentax, aún así, a penas quería despuntar
a un lado. Queda el reto para una noche sin Luna o habrá que recurrir al otro
refractor que poseo de 152mm de abertura o quitarle la tapa al reflector. La
noche fue limpia, estable y fresquita, por debajo de los -2º.
Ramón Sobrino Muñoz y
David Corral Pérez, miembros de la agrupación astronómica de Miguelturra y
Astrociudadreal (Ciudad Real)
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